¡Rápido! ¡Una C y una D para el Conde Duque! Pero hay mucho más. También es el yin y el yang, una síntesis de contrarios. Asimismo es un recinto cuadrado donde sucede todo. Y, además, incorpora una diagonal que excede los límites en ocasiones presuntuosos de los recintos culturales buscando establecer la conexión con la sociedad a través de un diálogo —dia, a través / logos, palabra; la palabra que atraviesa la cultura— ajeno al narcisismo de un monólogo. Una logomarca conceptual que hubiera identificado a la perfección a este dinámico centro cultural de Madrid, pero que fue rechazada.